A partir de esa noche, Allie y Noa, pasaron juntos todas las horas que estaban despiertos. Y pronto, se hicieron inseparables.
Era un romance poco probable. Él era un chico de campo. Ella era de la ciudad. Ella tenía el mundo a sus pies, mientras que él, no tenía donde caerse muerto.
Les costaba ponerse de acuerdo, de hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo. Y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común; estaban locos el uno por el otro.
Era un romance poco probable. Él era un chico de campo. Ella era de la ciudad. Ella tenía el mundo a sus pies, mientras que él, no tenía donde caerse muerto.
Les costaba ponerse de acuerdo, de hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo. Y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común; estaban locos el uno por el otro.